Desde épocas pasadas se evidencia el poder que tienen algunas naciones de imponerse sobre otras; ya sea por la fuerza militar o a través de mecánismos direccionados a doblegar las economías de los pueblos. En este sentido, se basan fundamentalmente en modelos implicitos, que exprimen las capacidades productivas de los países de bajo desarrollo económico- social; y además poseen grandes reservas de materias primas utilizadas por las grandes industrias manufactureras; pero que sin duda alguna, su nivel tecnológico y capacidad de producción es bajo. Situación que aprovechan estos grandes depredadores de la naturaleza y de los pueblos humildes para despojarlos salvajemente de sus pertenencias y derechos. Es por ello que debe existir un modelo economico equitativo en donde ambos sectores jueguen ganar - ganar. Los organismos reguladores del comercio internacional deben velar por que se cumpla a cabalidad los lineamientos planteados para la exportación e importación de bienes y servicios. Asímismo debe existir un mecánismo estrictamente regulatorio y sancionatorio contra aquellas empresas transnacionales y nacionales que destruyan consecuentemente la naturaleza causandole daños irreparables.
Las empresas transnacionales se desplegan a nivel mundial con la finalidad de ocupar grandes espacios territoriales, colocar en el mercado su variedad de productos e incrementar inescrupulosamente su capital. La mentalidad es netamente capitalista. Se fundamenta en el poder del dinero para incrementar sus cantidades en ganancias, reduciendo por completo sus gastos operativos al menor costo posible sin importarle cual daño puedán causar, tánto a la naturaleza como a la humanidad.
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